miércoles, 18 de noviembre de 2009

Me encanta bailar, pero ¡Me da mucha pena hacerlo en público!
Pues sí... a veces este es el panorama... y bueno, fundamentalmente hay dos opciones:

1. Puedes decidir bailar para ti: en esencia, la práctica de las danzas árabes puede estar asociada a un sin fin de significados personales entre los cuales puede estar el acercarse a la propia feminidad, explorar el propio cuerpo, disfrutar del contacto con la propia piel, la creatividad, el disfrute de la danza y el cuerpo... y todo esto uno lo puede disfrutar solo o acompañado ;)

2. Bailar frente a otros: a veces puede ser difícil "exponerse" ante otros con algo tan íntimo como es la danza árabe, sin embargo, al poner en práctica algunos pequeños consejos, puedes disfrutar muchísimo compartir con otros tu amor por las danzas árabes a través de la muestra que puedes hacerles de lo que sabes hacer ;)

Concéntrate: tener seguridad en ti misma toma un papel fundamental, ya que evita que sientas desmotivación y pérdida de la concentración por creer que lo estás haciendo mal y puede disminuir las sensaciones de tristeza o vergüenza, que al estar presentes dominarán tu cuerpo y alejarán la posibilidad de lograr el éxito de tu presentación.

Realiza una entrada: es fundamental comenzar con una actitud que combine con los movimientos que decidiste usar para tu inicio, capaz de capturar la atención del público de inmediato.

Mantén una buena expresión: disfruta tu danza... en la medida en que la disfrutes, tu público disfrutará contigo. Relájate y verás como todo fluye. Sonríe...

Aprópiate del espacio: No importa cuan grande o pequeño sea el espacio en el que se va a bailar; por lo que debes preocuparnos es por darle el uso adecuado. Familiarízate con el espacio. Nunca te quedes en un solo sitio, porque tu intervención puede llegar a perder interés. Usa desplazamientos tanto árabes como no árabes (caminatas, cruces de piernas, etc.), realiza acercamientos y alejamientos respecto al público, giros en diferentes direcciones, entre otros.

Mantén una buena postura: La espalda debe estar recta, con los hombros ligeramente echados hacia atrás, los brazos deben estar alineados a los hombros al igual que las manos, los codos semiflexionados para evitar tensión en los brazos, las piernas deben estar lo suficientemente juntas dependiendo del paso, para que se vean delicadas y es importante cuidar la postura de los pies, tratando de no “meterlos”. Lo más importante es “relajarse”, esto evita muchas posturas erradas.

Identifica los ritmos: Es de mucha ayuda tener por lo menos la noción de algunos ritmos árabes, básicamente los más comunes. Así como también identificar qué movimientos puedo hacer dependiendo de la rapidez de la música. Cuando en el contenido de la canción te encuentres con instrumentos musicales como la flauta, el violín, la viola, etc., que sonarán tonadas lentas y suaves, procura incorporar movimientos suaves, principalmente brazos y ondas. Para el caso en que los instrumentos sean de percusión y que incorporen los ritmos, se pueden hacer desplazamientos, shimmy, twist, batidas, etc.

Marca la salida: La salida es esencial, debes marcarla para que el público entienda que culminaste y debe ser lo suficientemente impactante para que el público quede sorprendido, satisfecho y con muchas ganas de aplaudirte.

Así que no quedan excusas, sola o acompañada... ¡A bailar!

Mariana.