viernes, 2 de noviembre de 2007

La danza árabe en la gestación:
ceremonia a la vida y homenaje a la mujer



Ser madre representa la concepción del rol de la mujer en la vida y para muchas es el inicio del camino a conocerse a sí mismas. Durante esta etapa, las emociones y sensaciones están en constante variación; el cuerpo y la silueta femenina cambian, pasando a asomar la realidad del desarrollo de una nueva vida, aún oculta para el mundo pero muy presente para la futura madre.

Junto con el bebé, comienzan a gestarse las inquietudes propias de todo aquello que es desconocido y donde las dudas y limitaciones forman parte del día a día, lo que lleva a muchas mujeres a preguntarse si sus formas de cuidado y mantenimiento físico son saludables para el bebé; en el caso de la bailarina árabe -o la que quiere serlo-, su primera inquietud es: ¿será recomendable practicar danzas árabes durante el embarazo?

El origen de la danza árabe es complejo, multicultural y un tanto indefinido. En éste intervienen diferentes cultos religiosos, veneración a Dioses y rituales que radican en imitar los movimientos del vientre producidos durante el parto. Esta expresión oriental tiene una conexión directa con el proceso por el que pasa la mujer para ser madre y, a pesar de ser interpretada tanto por hombres como por mujeres, se restringe a estas últimas, las “creadoras de vida”.

Esta hermosa disciplina de tipo aeróbico/muscular está diseñada -a diferencia de la mayoría de los bailes occidentales estructurados en pasos- para el cuerpo y la relación que establece su intérprete con él. Haciendo énfasis en el área abdominal, la cadera y el torso, los movimientos disociados de la danza permiten expresar una conexión perfecta entre lo etéreo (el alma) y lo terrenal (el cuerpo); y para quienes la practican tiene un valor terapéutico importante ya que permite establecer un equilibrio entre sus beneficios físicos y psicológicos. Ahora bien, aun sabiendo de sus orígenes y algunos de sus beneficios, ¿podría afirmarse que es beneficioso danzar durante el embarazo?


Sabiduría a través de la experiencia

Jennifer Ramírez es instructora de danza del vientre prenatal en Em
barazarte y cuenta con más de 10 años de experiencia impartiendo clases a niñas y mujeres embarazadas. La bailarina, que se formó en España, da fe de los beneficios que ha observado durante su trayectoria en las mujeres que practican esta danza durante el período de gestación; según su experiencia, danzar favorece el fortalecimiento de los músculos y de los tendones pélvicos, lo que permite que la mujer concentre su atención en sólo aquellos que necesita durante el parto mientras relaja el resto de su cuerpo. Esta práctica también facilita el sostén del peso del bebé a medida que avanza el embarazo.

Para Ramírez, “la danza combina los beneficios de actividades físicas como el pilates con los aportes psicológicos que afloran en la mujer al entrar en contacto con su feminidad y sensualidad, mientras aprende a apreciarse cada día más tal y como es”. Quienes han pasado por el proceso de gestación y parto hasta convertirse en madres han agradecido la guía de Ramírez, asegurando que lo que aprendieron pudieron ponerlo en práctica durante ese momento tan importante.


Si de embarazadas y bebés se trata...

De acuerdo con Nelson Montero, ginecólogo y obstetra con 41 años de experiencia tratando mujeres en gestación y trayendo bebés al mundo, realizar una actividad física de bajo impacto y mantener una alimentación balanceada son la base para completar un embarazo saludable. En cuanto a la danza árabe, puede resumir que existen múltiples beneficios asociados a esta actividad: “saber controlar la respiración y dominar la contracción de los músculos utilizados durante el parto permiten llevar a cabo un alumbramiento menos traumático tanto para el bebé como para la madre. Es decir, una mujer que domina sus músculos pélvicos y abdominales logra acumular allí la fuerza y tensión que necesita para pujar; no en el cuello, como es el caso de la mayoría de las mujeres”.

Así mismo, comenta que en la búsqueda del tan anhelado “parto profiláctico o sin dolor”, diariamente surgen nuevos métodos o disciplinas para preparar a la mujer para el acontecimiento de ser madre; y a pesar que para Montero no existe tal cosa como un parto sin dolor, afirma que la práctica de disciplinas como la danza árabe permite controlar y canalizar el malestar al momento de dar a luz, lo que ofrece una ventaja con respecto a quien lleva una vida sedentaria. Considera que la constancia en la práctica de este arte llega a aportar beneficios realmente significativos para la mujer y se atreve a asegurar que ayuda a quienes tienen problemas para concebir, ya que crea las condiciones corporales adecuadas para el embarazo.

Aisha Bellydancer

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