No culpe a la danza árabe de su abdomen flácido
Hacia afuera y hacia adentro, hacia arriba y hacia abajo, en diagonal... la onda que dibuja el vientre de la bailarina árabe, que parece controlada por un hilo invisible que hala en múltiples direcciones, es una referencia obligatoria cuando se habla de esta expresión artística oriental. Pero la occidentalización de la danza condujo a que, además de presentarse como una bellísima manifestación cultural, los beneficios físicos que de ella se derivan comenzaran a ser más explícitos. Ejercicio cardiovascular, ganancia de resistencia física y, lo más importante, un abdomen liso y tonificado... ¿o no?
Aquí entramos en el frágil terreno del mito que existe sobre la práctica de las danzas árabes y, aunque de diecisiete personas encuestadas al azar sólo tres aseguran que la pancita es una consecuencia inevitable, una de las primeras dudas que surge en quienes se inician en este arte es: “¿la danza árabe saca barriguita?”. Mucho se ha dicho al respecto: hay quienes aseguran que la flacidez es inevitable; otros afirman que produce un abultamiento en la parte baja del abdomen; y hay quienes aseveran que se produce un abdomen plano y definido.
El origen del relieve
Lo primero es definir qué puede producir esa particular prominencia que muchas mujeres tienen en la parte baja de su abdomen y que, en la mayoría de los casos, tratan de disimular con desesperación. Marcos Oziel, especialista en Cirugía Plástica y Reconstrucción, reveló que la zona alrededor del ombligo, la cintura y las caderas son las áreas del cuerpo más susceptibles de almacenar tejido adiposo. La acumulación de grasas en el abdomen puede generarse por diversas razones: desde la grasa de la empanada mañanera hasta la raza, el género o la herencia. Así lo explica la nutricionista Doris Ugas, quien expresó que a pesar de las predisposiciones del cuerpo, es el consumo en exceso de calorías y de alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol, lo que estimula el aumento de peso y crea esa incomoda protuberancia tan difícil de eliminar.
Julnan Au, entrenador del gimnasio Amo desde hace siete años, recalcó la importancia de una alimentación equilibrada: “conseguir músculos definidos depende 70% de la dieta y 30% del ejercicio. La actividad física ayuda a tonificar la zona, pero lo más importante es una alimentación balanceada”, explicó.
Rollitos flácidos
En lo que respecta a la flacidez, quienes tienen la palabra son la inactividad y la ausencia de una alimentación proporcionada. Según la nutricionista, esta laxitud abdominal se produce en personas que permanecen mucho tiempo sentadas y que tienen poca o nula actividad física: “esto ocasiona pérdida de la tonicidad de los músculos abdominales, produciendo flacidez y aumento de volumen en esta zona”, señaló.
Sin embargo, hay otras razones que pueden generar flacidez. Según el cirujano Oziel, el estiramiento de la piel ocasionado por un embarazo o por la pérdida excesiva de peso, genera un abdomen de aspecto gelatinoso. Oziel aclaró que la flacidez puede afectar la piel o los músculos, y cuando se trata de personas jóvenes con músculos flácidos, la mayoría de las veces la causante es la poca actividad física.
Según Oziel, hay varios procedimientos quirúrgicos que eliminan el relieve abdominal. La conocida liposucción o lipoescultura se emplea en estos casos; pero si el problema es un vientre flojo, el médico recomienda la dermolipectomia, técnica que reseca la piel y la grasa que se encuentran debajo del ombligo. Oziel expresó que el ejercicio físico puede ser la solución para eliminar la grasa siempre y cuando se practique constantemente.
El entrenador aclaró que el ejercicio que se deriva de la práctica de las danzas árabes funciona debido a que tonifica la zona abdominal, pero que la falta de entrenamiento y el descuido pueden generar un abdomen blando: “No es por la práctica del ejercicio, sino por dejar de practicarlo”, aseguró Au, quien inmediatamente exclamó: “¡Sin dieta no hay milagro! Yo hago milagros con ayuda de la dieta”.
Según la afirmación del cirujano, la práctica de las danzas árabes no produce un abdomen blando. Indicó que en este ejercicio todos los músculos del abdomen están involucrados en el trabajo y la ejecutante adquiere un control absoluto de los mismos. Sin embargo, recalcó que lo que suele observarse generalmente en algunas bailarinas es grasa acumulada, no flacidez: “no es posible que esta práctica cause flacidez, a menos que la persona ya la tenga”, sentenció.
Aquí entramos en el frágil terreno del mito que existe sobre la práctica de las danzas árabes y, aunque de diecisiete personas encuestadas al azar sólo tres aseguran que la pancita es una consecuencia inevitable, una de las primeras dudas que surge en quienes se inician en este arte es: “¿la danza árabe saca barriguita?”. Mucho se ha dicho al respecto: hay quienes aseguran que la flacidez es inevitable; otros afirman que produce un abultamiento en la parte baja del abdomen; y hay quienes aseveran que se produce un abdomen plano y definido.
El origen del relieve
Lo primero es definir qué puede producir esa particular prominencia que muchas mujeres tienen en la parte baja de su abdomen y que, en la mayoría de los casos, tratan de disimular con desesperación. Marcos Oziel, especialista en Cirugía Plástica y Reconstrucción, reveló que la zona alrededor del ombligo, la cintura y las caderas son las áreas del cuerpo más susceptibles de almacenar tejido adiposo. La acumulación de grasas en el abdomen puede generarse por diversas razones: desde la grasa de la empanada mañanera hasta la raza, el género o la herencia. Así lo explica la nutricionista Doris Ugas, quien expresó que a pesar de las predisposiciones del cuerpo, es el consumo en exceso de calorías y de alimentos ricos en grasas saturadas y colesterol, lo que estimula el aumento de peso y crea esa incomoda protuberancia tan difícil de eliminar.
Julnan Au, entrenador del gimnasio Amo desde hace siete años, recalcó la importancia de una alimentación equilibrada: “conseguir músculos definidos depende 70% de la dieta y 30% del ejercicio. La actividad física ayuda a tonificar la zona, pero lo más importante es una alimentación balanceada”, explicó.
Rollitos flácidos
En lo que respecta a la flacidez, quienes tienen la palabra son la inactividad y la ausencia de una alimentación proporcionada. Según la nutricionista, esta laxitud abdominal se produce en personas que permanecen mucho tiempo sentadas y que tienen poca o nula actividad física: “esto ocasiona pérdida de la tonicidad de los músculos abdominales, produciendo flacidez y aumento de volumen en esta zona”, señaló.
Sin embargo, hay otras razones que pueden generar flacidez. Según el cirujano Oziel, el estiramiento de la piel ocasionado por un embarazo o por la pérdida excesiva de peso, genera un abdomen de aspecto gelatinoso. Oziel aclaró que la flacidez puede afectar la piel o los músculos, y cuando se trata de personas jóvenes con músculos flácidos, la mayoría de las veces la causante es la poca actividad física.
Según Oziel, hay varios procedimientos quirúrgicos que eliminan el relieve abdominal. La conocida liposucción o lipoescultura se emplea en estos casos; pero si el problema es un vientre flojo, el médico recomienda la dermolipectomia, técnica que reseca la piel y la grasa que se encuentran debajo del ombligo. Oziel expresó que el ejercicio físico puede ser la solución para eliminar la grasa siempre y cuando se practique constantemente.
El entrenador aclaró que el ejercicio que se deriva de la práctica de las danzas árabes funciona debido a que tonifica la zona abdominal, pero que la falta de entrenamiento y el descuido pueden generar un abdomen blando: “No es por la práctica del ejercicio, sino por dejar de practicarlo”, aseguró Au, quien inmediatamente exclamó: “¡Sin dieta no hay milagro! Yo hago milagros con ayuda de la dieta”.
Según la afirmación del cirujano, la práctica de las danzas árabes no produce un abdomen blando. Indicó que en este ejercicio todos los músculos del abdomen están involucrados en el trabajo y la ejecutante adquiere un control absoluto de los mismos. Sin embargo, recalcó que lo que suele observarse generalmente en algunas bailarinas es grasa acumulada, no flacidez: “no es posible que esta práctica cause flacidez, a menos que la persona ya la tenga”, sentenció.
Zaahira